DSR: Y DESPUES DE LA BAJA LABORAL QUE?
- Admin
- 17 dic 2016
- 3 Min. de lectura
Para ninguno de los pacientes que padecemos DSR es un secreto que una vez llega el Sudeck a nuestras vidas todo cambia, de hecho por la imposibilidad de mover brazos o piernas afectados, se nos vuelve un calvario dirigirnos al lugar de trabajo y peor aún mantenernos en el por largas horas por los motivos que todos conocemos, el dolor, inflamación, dificultad para mantener una sola postura entre otras, pero creo que lo peor de todo es que nos vean en ese estado tan doloroso.
Entonces después de muchas juntas médicas y valoraciones somos calificados y dados de baja porque ya no somos laboralmente eficientes para cumplir con las funciones que ejercíamos o simplemente por que la enfermedad ya no lo permite.
Este síndrome no tiene distinción afecta tanto a un niño en la escuela, como a un campesino, maestro, licenciado, abogado, ama de casa, no importa que grado de escolaridad o profesión tengas él llega sin saber muy silenciosamente y se queda.
Pero entonces que pasa después de la baja laboral, somos confinados a una silla de ruedas y a permanecer en nuestras casas, nuestro círculo familiar se ve reducido drásticamente y quedamos solos con nuestro gran e inseparable compañero el SUDECK. Entonces ahí le agregamos a los problemas físicos la ansiedad, la depresión, la soledad, la tristeza y nos queda mucho tiempo para pensar en nuestra desgracia.

Sin embargo todo no debe ser tristeza es cierto que al vernos en casa y dejar de hacer lo que nos gustaba tiene un gran impacto psicológico pero es ahí donde somos puestos a prueba, yo siempre decía que el sinónimo de vida para mí era trabajar y estar activa y que duro me dio cuando deje de hacerlo incluso hoy 16 años después cada día mis limitaciones son más grandes y los momentos o las horas en que puedo hacer alguna actividad por pequeña que sea son cada vez más escasas.
Pero hoy quiero hablar de lo que yo hice cuando fui dada de baja, si bien mi mundo eran los números, papeles y oficinas, descubrí una faceta muy escondida desde mi niñez dentro de mí, que me fascinaba la pintura y todo lo que tenía que ver con manualidades y si bien era cierto que no podía caminar aún tenía dos manos y una mente llena de imaginación para sacar provecho de ella y porque no lucrarme de ella, entonces decidí aprender a pintar cuadros, en tela, en madera, cerámica, hacer tarjetas y todo lo que tuviera que ver con manualidades y decoración fue una hermosa etapa de mi vida ya que me subió nuevamente el autoestima, y me di cuenta que en esos periodos donde me sumergía en mi trabajo manual el dolor se disipaba y lograba sumergirme en un mundo maravilloso lleno de imaginación ahi entendi que no podia concentrarme en lo que no podia hacer sino en lo que si.
No es fácil subsistir con un salario mínimo y menos aun cuando se es mujer cabeza de hogar y se tiene hijos que sacar adelante, es cierto ya no se puede tener el nivel de vida que teníamos ni disfrutar de muchas caprichos que antes nos dábamos pero algo es algo peor es nada, sin embargo considero que los gobiernos desamparan a las personas que nos encontramos en condición de discapacidad, al ser pensionado te restan muchas oportunidades, dificultad para encontrar créditos, adquirir pólizas de seguro, o favorecerte de ciertos beneficios ya eres un asalariado vitalicio y con ello tienes que subsistir, sin embargo en nosotros esta el buscar nuestras fortalezas y sacar provecho de ellas solo asi seremos capaces de superar esta etapa tan dificil de nuestra vida.
Espero que al leer esto te animes a hacer cosas que te permitan salir de la tristeza recuerda que a pesar del dolor en los momentos que sea bajo o tolerable trata de distraer tu mente, leyendo un buen libro, pintando, creando o haciendo lo que más te guste, y porque no si te es posible y está a tu alcance aprovecha de la naturaleza, y en especial de la familia, recuerda solo nos dieron baja laboral no mental y se lo difícil que es levantarnos día a día pero vale la pena intentarlo es solo cuestión de aprender a VIVIR CON EL SUDECK
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